La cesta está vacía
LLOC JOC XOC

LLOC JOC XOC

Danza > Contemporánea

resumen

23-26 MAIG LA COJA DANSA/ 24,25 MAIG + DIEGO M. BUCETA



 

Compartir publicación




Descripción

23-26 MAIG LA COJA DANSA

24,25 MAIG + DIEGO M. BUCETA

Un cap de setmana amb  dues peces. dijous i diumenge la coja dansa amb el seu espectacle LLOC XOC JOC i el divendres i el dissabte tindrem LLOC XOC JOC + LAS VACIONES MÁS LARGAS de Diego M. Buctea

 

LLOC JOC XOC

 

Creació i interpretació: Diego M. Buceta i Santi de la Fuente

Direcció escènica: Tatiana Clavel

 

Música Raul Fuentes

Il·luminació Hipólito Patón

Textos Maribel Bayona

Direcció tècnica: Raúl león

Escenografia La Coja Dansa

Producció Raquel Vidal

Imatge fotogràfica: Julia Reoyo

Imatge gràfica: Diana Sánchez

Residències de Creació

Espacio Inestable

Acontarmentiras

 

CanCunQuinqué

 

De què va LlocJocXoc?

Podríem ser dues andròmines velles oblidats en una mudança però la veritat és que som dos xics (dos homes) que han decidit generar una iconografia aliena a la masculinitat hegemònica sense aconseguir-ho quasi mai. Transitant entre figures abstractes, fantàstiques, sexuals i humanes, tracem un recorregut en el qual nosaltres dos canviem de naturalesa constantment, que és l'única cosa que la dansa contemporània pot oferir ja a l'espectador: el potencial de canvi de naturalesa que compartim totes.

 

Desorganitzant els cossos, els fonem i els separem constantment, fonent alhora les imatges recognoscibles que travessem, les idees preconcebudes sobre el que poden o no poden fer dos homes junts, la imatgeria sexual que es dispara però amb bales mullades que no arriben a donar en el blanc o la solidesa de les nostres identitats.

 

LlocJocXoc és un joc en el qual guanya qui més temps s'oblida de si mateix, qui desfà els seus contorns i es confon amb els cartons, qui aconsegueix separar formes, ritmes, cadències i colps de manera que cap missatge tinga la fermesa que té el llenguatge. Escapant de les paraules que ens defineixen a força de mutar, el joc seria perfecte si, en acabar, fórem una altra cosa diferent que al principi.

Això és impossible, i per això ens agrada.

 

LLOC JOC XOC #LA COJA DANZA from Nacho Carrascosa | Videographer on Vimeo.

 

 

LAS VACACIONES MÁS LARGAS

 

 

· a c e r c a · d e · m i s · v a c a c i o n e s ·

Igual que Allen soñaba con Rockland y con un largo viaje por mar hasta la puerta de su casa de campo en la noche de Occidente, yo sueño con llegar después de una larga travesía hasta ese paisaje rocoso donde ya no suena más que el zumbar del viento. Un saco de huesos que vaga arrastrado como un cadáver vivo y que busca elevarse y desaparecer, mezclándose con el polvo y las estrellas. Y así dejar de ser algo. Y así ser felizmente parte de todo.

 

 

s o b r e· l a · e v a s i ó n ·


(…) Estoy contigo en Rockland
en mis sueños tú caminas chorreando de un viaje por mar
sobre la autopista que atraviesa América anegado en
lágrimas hasta la puerta de mi casa de campo en la noche
de Occidente.

Allen Ginsberg, Aullido.

 

Hace tiempo que le llevo dando vueltas a la idea de evasión y a los diferentes mecanismos para encontrarla. Observando la realidad que nos rodea (la nuestra, la de occidente, la capitalista- capitalismo de las relaciones, de los comportamientos, de las rutinas) encontramos una línea vital basada en la tensión y en el miedo, base para conseguir el motor social que nos mueva para llegar a una meta: la “estabilidad” (laboral, emocional, vital), que se basa fundamentalmente en una estabilidad económica. De este modo, con más o menos éxito, este miedo nos levanta de la cama para seguir luchando, como si de una guerra se tratase, obviando el hecho de que somos y existimos por nosotrxs mismxs, que el hogar y el alimento, como seres vivos, se encuentra en la tierra misma que en origen nos es dada y, en este tiempo, nos es negada. Tenemos que ganarla.
Es en este pulso donde observo que nace el deseo de evasión, en mayor o menor grado de consciencia. Necesitamos de una válvula de escape, de una vía que por momentos deshaga ese nudo, aunque sea por un instante, aunque seamos conscientes de que no es real.
Habitar el sosiego como medicina. Aquí aparecen “vicios” contemporáneos relacionados con el exceso y la autodestrucción como pueden ser las drogas, el alcohol, el juego. Y otras vías naturales renombrados vicios como puede ser el sexo, las relaciones personales, ciertos hábitos que, saliendo de los cánones establecidos del buen hacer, se rechazan socialmente, se apuntan con el dedo. Se niegan.
En un segundo plano, en el cajón de las cosas feas. Una gran mentira colectiva que, aunque sabiéndola mentira, participamos todxs de ella. La emisión de un juicio de valor sin tener en cuenta la realidad en toda su complejidad.

 

Mi pregunta es, ¿son realmente nocivos estos comportamientos? ¿Es o no lícito echar mano de ellos como ayuda ante una situación vital de desespero? ¿Esos momentos de evasión podemos considerarlos reales en tanto que los vivimos y podemos habitarlos o sólo son un engaño para escapar de la realidad cotidiana? ¿Nos molesta la evasión ajena por envidiar ese estado o por vernos relegados a llevarla a cabo a escondidas? ¿Son estos mecanismos de evasión un camino de autodestrucción y engaño? ¿Hay una/ otra salida? Y en último caso, ¿por qué no rendirse y hacerlo “mal”, dejar de jugar a ser héroes?
Propongo un viaje de evasión. No hablo de los mecanismos, hablo del estado. Del deseado momento de romper esa cuerda de tensión y abandonarse plácidamente a la exclusión, al abandono, al olvido. A simplemente ser. Hacer de ese estado de evasión una realidad y habitarla. Del deseo de romper con todo y con todos. De desintegrar mi carnet de identidad, desaparecer del sistema y ser simplemente un cuerpo que vaga. Felizmente.

 

· · · A veces sueño (despierto) con que algo dentro de mí, a la altura del pecho, explota. Y reviento en millones de pedazos y me convierto en polvo. Y viajo por el universo.

 

 

l a c o n f u s i ó n // l a p l e n i t u d

 

Me acuerdo de que antes de comenzar mi camino como bailarín e iba a la sala Ensalle de Vigo a ver espectáculos de danza, lo que más me encandilaba era el hecho de ver como cuerpos “normales”, como el mío, podían ser otra cosa. No por el virtuosismo ni por la complejidad de las formas. Sino porque el cuerpo e r a otra cosa. Se convertía como por hechizo en un cuerpo con entidad propia, extra-terrestre. Aquí se reveló mi amor por el cuerpo en toda su totalidad, en sus piezas, fibras, mecanismos, en toda su complejidad como universo paralelo. El cuerpo como paisaje y como belleza. Un cuerpo sin género. Un cuerpo diferente cada vez. Me interesa y reivindico el cuerpo como entidad propia que habla, como mapa infinito. No como un cuerpo industrial de una “persona que hace cosas”, con nombre, DNI e historial fichado. La identidad de cada una de sus partes. El valor del ángulo de un codo. De un torso. De un sobaco. De una ingle. Que dependiendo del punto de vista, del tratamiento, puede ser un universo por sí mismo. Todo empieza a cobrar sentido cuando un cuerpo se convierte en otra cosa. Cuando se confunden las formas y aparecen nuevos significados. Un cuerpo que hace parte del paisaje sin grandes artificios, como un pavo real encerrado en un jardín, inmenso por sí mismo. Desde este lugar concibo mi investigación en el movimiento: el deseo de un cuerpo extraterrestre.

 

 

· e l · g i r o ·

 

El gran regalo de todo este período de investigación fue encontrar un mecanismo físico que me unía al planteamiento inicial desde un lugar diferente: el giro. (Tratar de) llegar a la evasión mediante una herramienta puramente física me abrió un camino inmenso que me hizo cambiar por completo la idea de la pieza, hecho que tuvo origen y desarrollo en la investigación del giro sufí a través de diversa formación y talleres. No sólo es un regalo el hecho de haber encontrado un recurso físico como material bailado con el que poder completar la pieza, sino llenar eso de significado y tratar de entender, si por asomo aparece, como un cuerpo se puede evadir y viajar más allá a través de dar vueltas sobre sí mismo. Y encontrar así mi propia droga. Mi propia borrachera. Mi propio atracón.
Mi propia adicción que me lleve a ese otro lugar.
Surgió así en relación a esto un creciente interés en lo que di en llamar unilateral y libremente danzas de trance, en relación a todas aquellas manifestaciones que mediante unas pautas muy sencillas de movimiento tienen la finalidad de conectar con un estado de trascendencia o consciencia diferentes a los habituales y que se encuentran en culturas y tradiciones de todo el mundo que mantienen un vínculo más profundo con lo ancestral, con la tradición, sin tener entre ellas conexión cultural aparente.
Es curioso como el ser humano, indiferentemente del rincón del mundo en el que se encuentre, siempre quiso acceder a algo más allá de lo terrenal, empleando si cuerpo como único vehículo. Y es en eso en lo que yo, como individuo de esta parte del mundo, con una cultura occidental, globalizada y dormida, puedo encontrar un vínculo de unión con todas estas personas de diferentes lugares y culturas.
Es aquí donde nace una nueva forma de entender el movimiento y la danza, el cuerpo como vehículo que se aleja de lo simplemente formal para acceder a otros estados de conciencia y a otras experiencias. Y en este lugar radica mi investigación a día de hoy, tanto en la experiencia individual como en la experiencia compartida con la persona que observa: ¿es posible compartir la experiencia/ viaje individual con la persona que observa? ¿Qué mecanismos hay que generar para que esto sea posible (en el caso de que lo sea)?
¿Es posible este intercambio en una representación al uso? ¿Qué formato de representación se podría articular para hacer de la experiencia individual una experiencia colectiva?